La empresa MBG tiene prácticamente cerrado el proyecto para la construcción del nuevo puente sobre el Arlanzón en Las Rebolledas. El documento ha sido remitido a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y a las empresas de servicios de gas, telefonía y electricidad, a fin de que cada una de ellas emita el preceptivo informe. Y una vez se cuente con el visto bueno de todos los implicados, MBG presentará el proyecto definitivo, lo que permitirá continuar avanzando en esta iniciativa, consensuada entre todos los grupos municipales.
El concejal de Infraestructuras, Jorge Berzosa, espera que no haya “problemas”, sobre todo con CHD. Al organismo de cuenca se le han remitido las cotas de la nueva estructura y el puente, así como los cálculos hidrológicos pertinentes. Se han tenido en cuenta los datos que maneja la propia confederación, y las autorizaciones de intervenciones en el entorno, ha recordado Berzosa, de tal modo que los cálculos se basan en un caudal de 186 metros cúbicos por segundo en una avenida potencial a 500 años.
Se ha ido “a lo seguro”, tomando como referencia datos y autorizaciones de CHD
Incluso, “se ha mejorado la capacidad hidráulica”, ha apuntado el concejal. Así que “no debe haber mayor problema”, y Berzosa confía en que CHD autorice el proyecto, porque han ido “a lo seguro”. El organismo de cuenta podría tardar entre 6 y 7 meses en dar contestación, pero desde el Ayuntamiento tratarán de agilizar al máximo esas respuesta. Y es que el objetivo sería poder licitar una parte de la obra en este 2016, a través de los 600.000 euros reservados en el nuevo Plan de Inversiones Sostenibles.
Servicios
Eso sí, lo más seguro es que esas primeras intervenciones consistan en desviar los servicios afectados de electricidad, gas o telefonía. Jorge Berzosa ha explicado que lo que puede generar más problemas son los tendidos eléctricos, que deberán soterrarse, de ahí la necesidad de contar también con el visto bueno de las empresas suministradoras en lo que se refiere a este proyecto. El concejal ha recordado que la “obligación” adquirida por el Ayuntamiento es que la licitación y la ejecución del propio puente se realice en 2017.
La nueva infraestructura deberá contar con cuatro carriles de circulación, un carril bici y sus correspondientes aceras. Tendrá 52 metros de largo, 26 metros de ancho y una altura de un metro y medio, aproximadamente. Su coste rondará los 4 millones de euros. El puente servirá para cerrar el bulevar ferroviario, conectando la zona de la universidad con la Avenida Valentín Niño. En el proyecto inicial se incluía un vial elevado, pero contó con un fuerte rechazo vecinal (con denuncia incluida), lo que obligó a buscar una solución alternativa, y ajustada al PGOU.
